Para empezar, vamos por partes…

Si algo tienen en común los necios son dos cosas fundamentalmente: una sería que siempre tienen razón –no se equivocan nunca– y otra que no se les puede corregir. En este sentido, decía M. Gandhi que en cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad, ninguna tiranía podrá dominarle. Así pues, digamos que el mayor enemigo de un gobierno, es un pueblo culto.

Sin embargo, el alma restringida o consciencia maltradada –según se mire– de una sociedad es uno sino el mayor obstáculo para su progreso. Ya lo decía Oscar Wilde, una sociedad se embrutece más con el empleo habitual de los castigos que con la repetición de los delitos. Así pues, si una sociedad logra concebir hasta que punto puede ser inestable la verdad, verá que el respeto por la misma es fundamento de su moral. Por tanto, no tiene nada de racional conservarla o restringirla ya que la misma también evoluciona. Vamos, que nada puede surgir de la nada.

Ahora bien, si miramos como esto puede afectar al valor de la libertad, Manuel Azaña ya comentaba que la misma no hace felíz al individuo, sino que sencillamente lo hace ser humano. Por ello Voltaire salió con lo de “detesto lo que dices, pero defendería a muerte tu derecho a decirlo”. Pues eso, que si la sociedad no defiende la libertad, según Otto Von Bismark, la misma “es un lujo que no todos pueden permitirse”.

Ante tal situación, las personas tienen varias alternativas. La opción según Walter Bage, donde “el mejor placer de la vida es hacer lo que la gente te dice que no puedes hacer.” O la del Ché Guevara de “solo hay una cosa más grande que el amor a la libertad, el odio a quien te la quita.” Sino pues la típica cobardía de si lo piensas no lo digas, si lo dices no lo escribas, y si lo escribes no lo firmes.

Por otro lado, el patriotismo tampoco tiene nada de racional. Ya lo decía Unamuno: “Venceréis… pero no convenceréis porque impondréis la fuerza sobre la razón”. Puesto que siempre es más cómodo destruir algo que construirlo, siempre existirá el riesgo de que mayorías absolutas puedan convertirse en dictaduras encubiertas. En este sentido y según Bertrand Russell, “el mundo está así porque los ignorantes están completamente seguros y los sabios llenos de dudas”.

En fin, recordando a J.F. Kennedy en “ask not what your country can do for you, ask what you can do for your country”, pues logró darle un toque de razón al patriotismo por medio de la libertad. Por cierto, a quien no le suene, fue el trigésimo quinto Presidente de los Estados Unidos y asesinado el 22 de noviembre de 1963.

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